Skip to main content

Shakespeare estaba equivocado, jugar o no jugar esa es la cuestión, porque si existe algún momento cuando uno siente que existe de verdad es cuando está jugando.

A medida que nos hacemos mayores el mundo nos atrapa con sus falsas ambiciones, creándonos necesidades superfluas, en el proceso no sólo engordan nuestros cuerpos, si no nuestras almas, que todavía es peor.

¿Cómo volver al jardín perdido de ”EDÉN”? Los místicos, santos y entrenadores nos animan a que volvamos al recreo a jugar, porque los hombres y mujeres que han tenido éxito en su objetivo de ponerse en forma es porque han sabido convertir sus programas de entrenamiento en juego.

Cuando estoy jugando al tenis o montando en bicicleta en las montañas no estoy pensando en mis niveles de colesterol o si estoy bajando peso, me lo estoy pasando bien. Lo mismo dicen los que hacen surf, alpinismo o yoga. Si en el proceso estoy limpiando mis arterias o bajando peso, pues bienvenido sea, pero es una consecuencia, no una finalidad.

Hoy a mucho donde escojer en la jugueteria del fitness, a ti te gusta el yoga, a mi correr. No importa, lo importante es que encuentres tus juguetes y que vuelvas al recreo a jugar.

LAS 5 CLAVES

¿Cómo saber si estás jugando?

1. Cuando el momento es el presente y el tiempo pasa sin que te des cuenta

2. Cuando estás tan involucrado en la actividad que pierdes la noción del tiempo

3. Al acabar exclamas interiormente, ”qué bien me lo he pasado”

4. Una actividad que se justifica por si misma, no tiene otro objetivo que pasartelo bién, como cuando un niño construye un castillo de arena en la playa

5. Cuando finalizada la actividad te sientes rejuvenecido, energy company, estimulado

Leave a Reply